Leí alguna vez que vive en una casa, sin lujos tan solo lo básico, no lo podía creer aquel héroe de carne y hueso que salvó a sus amigos en cientos de ocasiones, el médico chochito que no aceptaba ninguna insinuación de su avanzada edad y con su bolsita solía hacer justicia, mientras millones de familias en todo el mundo no paraban de reír por las ocurrencias de semejante profesional y se enfermaban pero de reír , el descarriado Chaparrón Bonaparte y sus Chiripiorca ,los constantes intentos de robo infructuosos del Chompiras que tan solo terminaban robándonos carcajadas ,no lo podía creer Chespirito había reencarnado en sí mismo al más grande de sus personajes el único e inigualable Chavo del ocho ,aquel niño ingenuo que se negó a crecer para contagiar de alegría a tantas generaciones, el niño que le demostró al mundo que se puede detener el tiempo por vocación y sacrificio.
Señor Roberto Gómez Bolaños, le expreso mi admiración, mi respeto y sería para mí un honor que usted leyera estos párrafos, con su fino humor crecí viendo una y otra vez sus ocurrencias, su osadía de entrar a nuestras casas para reunir a la familia en torno a un televisor, usted ideo al héroe perfecto con un arma tan insignificante para los violentos para tan poderosa para quien ama la paz, sus poderes para nada sobrenaturales que describía muy bien el narrador al iniciar el programa eran el gancho seguro para ocupar los primeros puestos en la pequeña sala de mi hogar porque sabíamos que la palabra violencia no estaba en sus libretos. Un héroe que nos demostró que hasta el más valiente puede flaquear pero que también se gana con astucia.
He visto todos los homenajes que le han hecho a cada país que visita, pero con todo respeto son muy poco para todo lo que usted se merece, gracias a su ingenuidad y bondad que transmitía en sus personajes millones de seguidores en el mundo quisimos seguir su ejemplo, usted nos enseñó por medio de sus mensajes que no hay arma más poderosa que el altruismo, el placer de servir, que la paz comienza con el buen humor, ese humor sano e intransigente. Por eso insisto a usted le falta el reconocimiento más grande el de maestro, porque sus pupilos aquellos niños que ahora somos profesionales, pensionados…en fin, no necesitó ninguna pedagogía ,ni pararse frente a un tablero, pero las miles de enseñanzas que nos dejó siempre harán eco en nuestras vidas hasta el final de nuestra existencia, el día que dejaremos de sonreír…
Un abrazo desde este país que jamás olvidara que si existen los héroes.
NELSON RÍOS